ADELANTO | La polarización del electorado: las dos almas de la derecha en Chile
Tras un largo proceso de transición, el péndulo electoral corre de un lado a otro en las encuestas que preceden a las elecciones que se celebran este año. La intensidad del momento político ha descartado la tibieza en los discursos. Los extremos que se enfrentan directamente en las urnas han sido estudiados y analizados en distintos momentos históricos por académicos de la universidad. ¿Esta situación corresponde a tensiones propias de un periodo eleccionario o responde a pulsiones más profundas de la sociedad chilena, que deben ser observadas?
Jair Bolsonaro, Javier Milei y José Antonio Kast: estos tres líderes no solo comparten la inicial de su nombre, sino también un ideario común. Se trata de actores políticos de ultraderecha con posturas similares a las de Donald Trump en Estados Unidos, Marine Le Pen en Francia o Viktor Orbán en Hungría. Estas fuerzas no solo atacan a la izquierda, sino también a la derecha tradicional, a la que acusan de “cobarde” por haber claudicado en la defensa de sus valores. Al mismo tiempo, promueven ideas y prácticas que tensionan principios básicos de la democracia liberal, como la separación de poderes, el respeto a las minorías, la protección de derechos civiles y la autonomía de los tribunales y organismos independientes.
En el caso particular de Chile, la ultraderecha debe entenderse como una escisión de la derecha convencional. José Antonio Kast y buena parte del Partido Republicano provienen de Renovación Nacional (RN) y de la Unión Demócrata Independiente (UDI). ¿Cómo explicar la rebeldía de quienes deciden romper con las colectividades en las que iniciaron su carrera política? Para responder esta pregunta, conviene hacer una breve mirada retrospectiva hacia la derecha que emergió tras el retorno a la democracia.
El liderazgo de Sebastián Piñera
En el lenguaje académico, RN y la UDI son partidos de “origen autoritario”: nacieron durante la dictadura de Pinochet, pero luego debieron adaptarse al contexto democrático. Ese proceso no fue simple y exigió transformaciones programáticas. A medida que la sociedad chilena se volvió más progresista en lo cultural y demandó mayor protección social, sectores de RN y UDI entendieron la necesidad de acercarse al centro político para seguir siendo competitivos.