Leila Guerriero: “Uno escribe sabiendo que debe vencer la resistencia de la escritura”
La periodista y editora, referencia ineludible de la crónica latinoamericana, habla aquí sobre la curiosidad como motor de su trabajo, las dificultades que se le presentan a la hora de escribir, el avance de la Inteligencia Artificial y la importancia de la poesía en la prosa de no ficción. “Los poetas pueden hacer cosas enormes con muy pocos gestos narrativos”, reflexiona.
El criterio con el que elijo los temas es difícil de definir. Interviene, sobre todo, la curiosidad: hay algo que me despierta curiosidad, que me despierta preguntas, y voy hacia eso, más allá de que muchísimas veces, también por curiosidad y por meterme con temas en los que no he pensado, esos asuntos me son propuestos por diversos editores.
El mundo de los temas sobre los que me ocupo es enorme. Van desde un pueblo de la Patagonia donde se suicidaron 12 personas jóvenes hasta la guerra de Malvinas, el retrato de un pianista clásico y un diario de la última campaña política en las elecciones argentinas. De modo que dejaría la palabra “criterio” de lado y la movería a un “no criterio” o a un criterio de curiosidad. Por supuesto, esa curiosidad es imposible de desentrañar de manera completamente lineal. Es una curiosidad producida por la vida, por todo lo que uno es, por las cosas que uno ha leído, que uno ha visto, que uno ha vivido.
Vencer la resistencia
Uno escribe sabiendo que debe vencer la resistencia de la escritura, o escribe, precisamente, para vencer esa resistencia. Lo que hay que hacer —o lo que yo hago, por lo menos— es seguir adelante, insistir.
Por supuesto, cuando encuentro dificultades técnicas miro en mi biblioteca buscando libros, o consulto textos escritos por colegas a los que admiro y que he leído, y supongo que pueden tener una solución para mis problemas. No hay mucho secreto en eso más que la insistencia y el recuerdo consciente de que esas cosas siempre suceden y que eso es escribir: resolver problemas. No avanzar, para mí, no es algo conocido. Siempre avanzo. Avanzo mal, pero avanzo. Diría que mi manera de resolverlo es no detenerme y pensar que, aunque salga mal, en otro momento va a salir mejor.
Otras artes
La poesía condensa una idea, una imagen o una especie de cierre a una idea que un verso, a veces, expone mejor que tres párrafos que yo pudiera escribir. La utilizo muchísimo. Y, para la vida, es tan importante como leer libros de ficción y de no ficción. Además, me parece que la poesía te acostumbra, como persona que escribe, a economizar recursos. Los poetas pueden hacer cosas enormes con muy pocos gestos narrativos. Es importantísima. La pondría a la misma altura de lo importantes que son para mí las novelas o las películas.
Creo que tengo una escritura bastante visual que intenta que las cosas sucedan realmente en el texto, que no sea una descripción poco dinámica o amortajada. Entonces, todo ese patrimonio audiovisual que me acompaña desde chica también es importante.
Digo lo audiovisual porque hay series que me han impactado mucho, como The americans o Six feet under o Mad men; series que me han parecido obras de arte estupendas. También influye mucho la fotografía.
Inteligencia Artificial
La verdad es que no la he usado. Por el momento, no he visto oportunidades en ese territorio que no sean las que ya me ofrece la web en general, que es algo que uso muchísimo para mi trabajo de recopilación de datos.
No estoy interesada en que una inteligencia artificial me haga un resumen de la batalla equis de la Segunda Guerra Mundial. Prefiero buscar yo las fuentes, trabajar de manera un poco más artesanal. En principio, no estoy en la vereda opuesta de los cambios tecnológicos, aunque está claro que esto cambia bastante la base de la relación que tenemos con la tecnología. Pero siempre he sido muy pausada en la utilización de las nuevas herramientas tecnológicas.
Vicios periodísticos
(Lo son) todos los que tengan que ver con intentar llevar agua para el molino del medio o del periodista que firma. La información sesgada. La manipulación de la información para determinados objetivos, generalmente de tipo político-partidario. La mentira a sabiendas disfrazada de revelación periodística. El ensamblaje de la información de tal manera que da una idea completamente inversa a lo que realmente sucede. Hacerlo mal.
Una digna sombra
Un buen editor es un gran lector. Para mí, eso está en la base. Hay otras cosas que vienen de la mano en este oficio, que tienen que ver con transformarse en un interlocutor interesante para el autor o para la autora, con nunca establecer las cosas dentro de un asunto personal, (sino) dirimir una discusión por un párrafo o por un arranque o por una estructura de una manera profesional. Que no se transforme en una puja de: “A ver quién tiene razón”. Y, sobre todo, tener la conciencia de que, como dijo la gran editora Andrea Palet, uno es una especie de digna sombra. La mano de uno no debe aparecer por ningún lado. Lo que se hace es trabajar con el autor para que el texto brille, no para brillar uno como editor. Si todo sale bien, la mano del editor debe quedar oculta. Es justo y esperable que así sea.