• Revista Nº 173
  • Por Joaquín Walker y Francisca Gallegos

Dossier

El desafío de la reactivación de los aprendizajes: una causa país

A través de tres pilares prioritarios, relacionados con el retorno al aula, la salud mental de los estudiantes y el fortalecimiento de lo aprendido, el Plan de Reactivación Educativa 2023, del Ministerio de Educación, busca mitigar y superar los efectos de casi dos años de no presencialidad en los colegios de Chile.

“Los niños y niñas de Chile no pueden esperar. Como Gobierno llevamos 10 meses y creo que podemos hacer más”. Con estas palabras el presidente,  Gabriel Boric, junto al ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, lanzó en enero pasado el denominado Plan de Reactivación Educativa. “Si 2022 fue el momento del reencuentro y de la recomposición de las comunidades educativas, 2023 debe ser el año para reconstruir los pilares del sistema educativo”, afirmó el ministro en esa oportunidad.

Chile está entre los países cuyos estudiantes estuvieron más tiempo fuera de las aulas por la pandemia (Unesco, Unicef y Cepal, 2022). Esta situación profundizó las brechas ya existentes en centros educativos, evidenciando consecuencias para el aprendizaje, la convivencia, salud mental, asistencia y vinculación de los niños, niñas, adolescentes y adultos en sus comunidades educativas.

Ante esto, el Ministerio de Educación desarrolló en 2022 la Política de Reactivación Educativa Integral “Seamos comunidad”, que recoge las recomendaciones de diversos organismos internacionales para abordar la crisis socioeducativa (Unesco, Unicef, Banco Mundial, OCDE, 2022), con el objetivo de impulsar una respuesta comprehensiva y estratégica a las necesidades educativas y de bienestar socioemocional que emergieron durante la crisis sanitaria. Se articularon recursos y políticas en dimensiones prioritarias, en coordinación con diversos ministerios, sostenedores, académicos y organizaciones de la sociedad civil, movilizando un presupuesto de más de cien mil millones de pesos.

En 2023, el Ministerio de Educación tiene como tarea prioritaria la reactivación educativa. Así, se reenfocaron más de cien iniciativas a este propósito y se crearon nuevos proyectos, teniendo como base diversas medidas de carácter universal que ofrecen al sistema educativo recursos pedagógicos, material de apoyo para la convivencia educativa y equipos especializados. Con un presupuesto anual de alrededor de 250.000 millones de pesos, esta tarea se ordena en tres ejes de trabajo: Convivencia y salud mental; Fortalecimiento de aprendizajes y Asistencia y revinculación educativa.

Estos pilares están interconectados entre sí, por lo que hay iniciativas que responden a más de un eje. Al mismo tiempo, existen desafíos del sistema educativo que son previos a la pandemia y cuyos problemas se agudizan en virtud de esta. Por lo mismo, hay estrategias y acciones que responden también a situaciones preexistentes y a desafíos que es necesario abordar para la mejora estructural del sistema educativo. De esta forma, parte importante de los proyectos que integran el Plan de Reactivación Educativa permiten también la instalación de capacidades en las comunidades educativas y su ecosistema, para avanzar en el desarrollo sistémico de la educación del país.

POR EL BIENESTAR DE LOS NIÑOS Y NIÑAS

Las acciones del primer eje buscan abordar problemas vinculados a la convivencia y la salud mental de quienes son parte de las comunidades educativas del país, reconociendo que estos ámbitos son parte relevante del proceso de aprendizaje.

En alianza con las universidades y equipos de convivencia llegaremos con apoyo psicosocial a cien comunas prioritarias, beneficiando a más de 2.100 establecimientos educativos y a más de 1.200.000 estudiantes, aumentando su alcance con relación a 2022, donde la iniciativa alcanzó a 60 comunas. Este se implementa a través de convenios con universidades y fundaciones con reconocida experiencia en convivencia escolar y con presencia en las regiones para asegurar intervenciones con pertinencia territorial.

Además, el Mineduc seguirá ampliando el programa de apoyo psicosocial “Habilidades para la vida”, llegando a más de tres mil establecimientos. Implementado a través de la JUNAEB, este seguirá entregando orientaciones y formación en desarrollo socioemocional y salud mental para equipos docentes y de asistentes de la educación en alianza con el Ministerio de Salud, y realizará una evaluación y actualización de la Política Nacional de Convivencia Escolar, entre otras iniciativas.

LA LECTURA COMO BASE DEL APRENDIZAJE

Este eje fortalece la acción pedagógica de las comunidades educativas, poniendo a disposición recursos y estrategias curriculares y pedagógicas, así como infraestructura y conectividad para profundizar aprendizajes. Este año, la atención estará puesta principalmente en abordar los problemas de disminución del logro de los niveles de aprendizaje en lectura, ya que esta habilidad, además de la escritura y la comunicación, son basales para avanzar en las distintas asignaturas del currículum.

Se puso a disposición de todos los establecimientos educativos del país un kit de apoyo pedagógico para la reactivación de la lectura, que contó con una evaluación diagnóstica, la que es un instrumento formativo que revisa los niveles de lectura en los niveles de 2° a 4° básico y que complementó el Diagnóstico Integral de Aprendizajes (DIA). Esta prueba fue desarrollada por la Agencia de Calidad de la Educación.

También se entregarán recursos y materiales que incluyen orientaciones, guías, videos y otras herramientas pedagógicas para abordar el trabajo con estudiantes no lectores en esos niveles.

Además, a través de una campaña nacional, se buscará convocar a 20.000 tutores para que trabajen de forma focalizada de 2° a 4° básico en este ámbito. Asimismo, se están desplegando tutorías en el resto de las disciplinas y niveles, con foco interdisciplinario para la reactivación educativa.

Para lograr esta meta existirá una coordinación con instituciones de educación superior y organizaciones de la sociedad civil, quienes convocarán a estudiantes universitarios, padres y apoderados, comunidades educativas y ciudadanos para que puedan contribuir voluntariamente en alguna de las modalidades que estarán disponibles.

También se desarrollarán otras iniciativas, como la ampliación de la Red de Innovación Educativa, en donde se dispondrán recursos pedagógicos para la reactivación en Lenguaje y Matemática, se dictarán cursos gratuitos de formación docente y talleres para el desarrollo integral, entre otras acciones.

Por último, seguiremos avanzando en medidas para mejorar las condiciones para la enseñanza. A los cerca de 88.000 millones asignados en 2022 para financiar cerca de 500 proyectos de infraestructura de emergencia, este año se suman cerca de cien mil millones para nuevos proyectos y se seguirá progresando en conectividad digital.

EL RETORNO AL AULA

En 2022, la deserción escolar llegó a 50.529 escolares, es decir, un 24% más que el año anterior. Los datos muestran, además, que 1.208.124 estudiantes (38% de la matrícula) presentaron inasistencia grave (menor al 85%) en 2022, lo que significa un alza de 10 puntos porcentuales respecto a los 878.361 estudiantes en esta categoría en el año 2019. A su vez, la inasistencia grave se considera un predictor de la exclusión educativa, por lo que las cifras de 2022 podrían anticipar mayor interrupción de las trayectorias educativas en el sistema escolar (BID, 2022; Unicef y Unesco, 2022).

Considerando esta urgencia, queremos garantizar la continuidad educativa de niñas, niños, adolescentes, personas jóvenes y adultas, a través de medidas que permitan iniciar, retomar y completar las trayectorias educativas.

Para ello, se están conformando equipos territoriales para la asistencia y revinculación, que consideran a 1.300 profesionales y gestores que se desplegarán en todas las comunas del país, con el fin de traer de vuelta a los estudiantes y promover la asistencia sistemática a las aulas.

Este trabajo –realizado en articulación con las municipalidades, servicios locales y organizaciones sociales– permitirá ir a buscar a estudiantes que han abandonado las escuelas y a aquellos con inasistencia crónica, y promover en las familias y comunidades una mayor concientización sobre los efectos de la inasistencia y la exclusión escolar.

Esta acción se suma a los reportes periódicos que sigue entregando el Mineduc con información personalizada de estudiantes excluidos del sistema y en riesgo de exclusión, los que se envían a cada establecimiento del país para que los equipos directivos tomen acciones para enfrentar estos problemas.

EL APORTE DE MIRADAS DIVERSAS

A su vez, el plan contempló la creación del Consejo para la Reactivación Educativa, el cual es una instancia transversal, conformada por 23 representantes del sector educativo, político, de la sociedad civil y de organismos internacionales, y que incluye al rector de la Universidad Católica, Ignacio Sánchez.

Este organismo contribuirá a abordar la reactivación educativa entregando recomendaciones al Ministerio de Educación en esta materia y presentando recomendaciones para enriquecer el Plan de Reactivación Educativa con una mirada de mediano y largo plazo, con foco en los tres ámbitos de acción del plan.

Este trabajo derivará en un informe que consolide estas observaciones y futuras recomendaciones para su implementación, que se presentará durante el primer semestre de 2023.

La reactivación educativa constituye un desafío que debe ser abordado a través del compromiso corresponsable y el trabajo conjunto de las diversas instituciones del Estado y la sociedad civil: familias, universidades, fundaciones, organismos internacionales, organizaciones comunitarias, entre otros, son quienes pueden y deben ser parte de los esfuerzos para la recuperación de nuestras comunidades educativas. De esta forma, Chile avanzará en la mejora del sistema educativo.