La hora del Patrimonio en la UC
Desde Violeta Parra a la Colección Gandarillas. Mario Irarrázabal o Vicente Huidobro. La misión de salvaguardar este cúmulo de tesoros, que aumenta con el tiempo, se presenta como un gran desafío institucional. Para abordar esa importante tarea, la universidad se encuentra trabajando en la definición de una estrategia y de una forma de organización que sea capaz de potenciar a las distintas unidades que hoy cumplen un rol en el manejo de estas colecciones patrimoniales.
Durante las últimas décadas, el patrimonio cultural ha dejado de ser un nicho de interés especializado, transformándose en un espacio transversal donde confluyen múltiples campos del conocimiento y en el que se concentran debates en torno a las formas de desarrollo, la transformación de los entornos construidos, la emergencia de identidades, las diversidades territoriales, la relación entre historia y memoria, las políticas públicas, la cooperación internacional y la construcción de nuevas aproximaciones intelectuales. Junto a la proliferación de declaratorias como monumentos nacionales de distintos barrios y bienes culturales a lo largo del país, procesos impulsados en su gran mayoría por grupos ciudadanos, quizás la manifestación que mejor expresa la importancia creciente del fenómeno a nivel local sea la celebración del Día del Patrimonio Cultural, instaurado en 1999, y que cada año suma cerca de dos millones de visitas, transformándose por lejos en la mayor fiesta cultural de Chile. Este cambio de situación ha tenido su reflejo en políticas de Estado, que entre sus mayores hitos incluyen la creación del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio en 2018; en formas de organización de la sociedad civil, que ha encontrado en la defensa del patrimonio construido y en el rescate de manifestaciones inmateriales un factor de orgullo y cohesión social; y en nuevas agendas académicas al interior del mundo universitario.
En ese panorama general, y siendo coherente con su protagonismo a nivel país en los asuntos de interés público, la Universidad Católica de Chile ha asumido una agenda robusta y variada en el campo del patrimonio cultural. El mismo quehacer universitario de más de 130 años ha construido y administrado un patrimonio que hoy le pertenece a la sociedad en su conjunto –como la Muestra Internacional de Artesanía UC, que tuvo su primera versión en 1974, o el Museo Leandro Penchulef en el campus Villarrica, cuyos orígenes se remontan a la década de 1980–, por lo que se ha profundizado esa vocación y en tiempos recientes se ha sucedido una serie de iniciativas que dan cuenta de una agenda articulada en la materia.
UN ACERVO REPRESENTATIVO PARA CHILE
En esa línea, podemos dar cuenta de la creación del Centro del Patrimonio UC junto al Magíster en Patrimonio Cultural; del Centro de Estudios Interculturales e Indígenas; de la habilitación de la Sala permanente de Arte Virreinal Joaquín Gandarillas en el Centro de Extensión Alameda, junto con la creación de nuevos Centros de Extensión en Pirque y en campus Oriente; la apertura de la carrera de Arqueología; el aula Pueblos Originarios, que acoge la colección de Gastón Soublette; el trabajo de inventario de la obra de Nicanor Parra; la creación de la Fundación MAVI UC o el emblemático rescate de la Radio Beethoven, por nombrar solo algunos.
Dentro de ese derrotero, un lugar preponderante lo ha tenido el apoyo a instituciones culturales y la gestión de colecciones de valor patrimonial que son muy relevantes para la historia de Chile y América. Gracias a ese trabajo, los últimos años han llegado a la UC acervos de distintas disciplinas, pertenecientes a artistas tan valiosos como Vicente Huidobro, Violeta Parra, Christian De Groote, Claudio Di Girólamo, Mario Irarrázabal, Juan Pablo Izquierdo, entre otros cuyas gestiones se encuentran en pleno desarrollo.
El sentido de habilitar este verdadero núcleo de colecciones al alero de la UC, con el debido compromiso técnico, económico e institucional, es poner al servicio de la sociedad las capacidades de una universidad compleja en el ciclo de la salvaguardia del patrimonio cultural del país. Lo anterior supone no solo ser depositarios para un debido resguardo material de estos bienes culturales, sino que involucra un compromiso enfocado en construir un nuevo conocimiento que permita una valoración integral y dinámica de este capital, poniéndolo a disposición de la ciudadanía mediante mecanismos eficientes de difusión e intercambio.
Un caso que ejemplifica de buena forma esta visión es el proyecto Espacio Humano, parque cultural dedicado a la obra escultórica de Mario Irarrázabal que se encuentra en plena etapa de diseño y que estará ubicado en terrenos de la UC ubicados en San Carlos de Apoquindo, precordillera de Santiago. El espíritu de ese proyecto, impulsado por la universidad de la mano del artista y la Fundación Piedra Viva, y que se hace posible gracias a la generosa donación de cerca de 300 obras desarrolladas en más de cincuenta años, es generar un espacio cultural gratuito y abierto a la ciudadanía, emplazado como un portal de acceso a la cordillera a la manera de una bisagra entre la ciudad y la naturaleza.
Otro caso emblemático es la habilitación en curso del Espacio Violeta Parra en el Centro de Extensión Oriente, sala de exposición permanente dedicada a la obra de la folklorista que estará a cargo de la Dirección de Extensión Cultural, perteneciente a la Vicerrectoría de Comunicaciones y Extensión Cultural.
El énfasis renovado en el patrimonio vigente hoy en la universidad, del cual los casos descritos son una muestra acotada, supone a la vez nuevos desafíos institucionales que permitan consolidar esta visión en un mediano y largo plazo.
Para abordar esa importante tarea, la universidad se encuentra trabajando en la definición de una estrategia y de una forma de organización que sea capaz de potenciar a las distintas unidades que hoy cumplen un rol en el manejo de estas colecciones patrimoniales, estableciendo a la vez vinculaciones externas que permitan ampliar el impacto a otros ámbitos y actores. El objetivo es reconocer lo realizado por décadas, estimular la diversidad de aproximaciones y generar sinergias entre facultades y centros para construir un acervo representativo del patrimonio material e inmaterial, que sea coherente con nuestro quehacer universitario. Esta tarea, que por su naturaleza encierra un alto interés público y que, al mismo tiempo, amplía la forma de construir conocimiento académico vinculado al mundo de la cultura, implica significativos alcances en términos de gestión y financiamiento, ámbitos que hoy están siendo abordados por la UC y que aparecen como algunos de los desafíos más relevantes para que la voluntad del momento cristalice, se proyecte en el tiempo y sea capaz de construir patrimonio futuro.