punta de una pluma para escribir
  • Revista Nº 173
  • Por Santiago Blanco

Dossier

SIP Red de Colegios: una reinvención permanente

En los casi 167 años de la Sociedad de Instrucción Primaria, hoy SIP Red de Colegios, pocos periodos han sido tan transformadores de nuestro quehacer como el último tiempo. El estallido social y la pandemia catalizaron la revisión de una serie de procesos y definiciones que creíamos inamovibles. En este último par de años hemos implementado cambios que buscan dar respuesta a esta nueva realidad llena de incertidumbre.

Diagnósticos tempranos y espacios de conversación con representantes de todos los estamentos de nuestra comunidad educativa nos dieron luces sobre los desafíos que debemos abordar de manera urgente, entre los cuales están la desmotivación de los estudiantes con su proceso de aprendizaje, la necesidad de fortalecer un plan de formación integrado al proceso pedagógico-académico, el mermado dominio lector, los niveles de asistencia inusitadamente bajos y la desvinculación de los apoderados con el colegio.

Durante 2020 y 2021 revisamos la Jornada Escolar Completa. La revuelta social y las demandas al interior de nuestras comunidades nos desafiaron a generar una experiencia de aprendizaje más atractiva para los estudiantes, con más instancias para la formación integral y mayores espacios de electividad dentro del currículum. Junto con reducir la jornada en dos horas semanales –el mínimo indicado por el Ministerio de Educación–, a partir de 5° básico se reemplazaron horas de algunas asignaturas por tiempo para electivos, entendidos como espacios de formación complementaria.

También analizamos el plan de formación. Dada la importancia de las habilidades socioemocionales en los niveles de bienestar, este programa organiza tanto los énfasis formativos como los aprendizajes esenciales y estructura una ruta estratégica.

Los estudiantes integran estos aprendizajes al currículum académico para que lo formativo no solo suceda en las horas de orientación.

En cuanto al dominio lector, estamos trabajando en un plan que revierta las falencias. La lectura se concibe como un objetivo común entre los profesores de todas las asignaturas y no solo de quienes imparten Lenguaje. Junto con el despliegue de recursos pedagógicos como tutorías o plataformas para desarrollar la lectoescritura, reforzamos y ampliamos los niveles en que hacemos evaluaciones periódicas de velocidad y calidad lectoras, lo que permite implementar instancias de reforzamiento. Estas transformaciones se complementan con la diversificación de las evaluaciones que responden al Decreto 67, cuyo fin es desarrollar el potencial de los estudiantes a través de diferentes métodos de medición, y no solo vía pruebas tradicionales.

En paralelo, es vital trabajar la motivación de los estudiantes y apoderados. En 2022 retomamos las actividades extraprogramáticas suspendidas por la pandemia. Coros, orquestas, talleres, exposiciones y debates son ejemplos del esfuerzo por volver a llenar de vida nuestros colegios. Esto ha ido acompañado por una campaña de asistencia dirigida a alumnos y apoderados con acento en los cursos más pequeños, que han mostrado mayores índices de ausentismo. Así como necesitamos a los estudiantes en el colegio para que puedan aprender, también requerimos a los apoderados: sin un trabajo conjunto no lograremos los resultados esperados.

En nuestro ADN hay una vocación pública. Nuestra red de 17 colegios gratuitos ofrece educación de calidad a más de 23.000 estudiantes. Hemos participado en espacios de conversación con representantes del mundo público y privado, desde audiencias con autoridades hasta iniciativas como la mesa de trabajo “Todos al aula”, y la alianza “Por un Chile que lee”, en la cual participan más de cien organizaciones con el fin de diseñar estrategias para reactivar y fortalecer las habilidades de lectura.

Queda un largo camino por recorrer. Pero tenemos una ruta clara para abordar los desafíos principales que nos presenta hoy el contexto educacional.