portada primera revista universitaria portada primera revista universitaria
  • Revista Nº 156
  • Por Ignacio Sánchez Díaz

Especial

La batalla contra el cambio climático desde la universidad

Chile es considerada una de las diez naciones más afectadas por el cambio climático –según las condiciones de vulnerabilidad definidas por la ONU– y, por lo mismo, se convertirá en los próximos meses (2019) en el centro de las miradas en lo que a este fenómeno se refiere. Somos un país con realidades geográficas y climáticas diversas, y hemos sido testigos de los efectos de este fenómeno. Ejemplo de ello son los aluviones en el norte, que se han producido por la intensificación de las lluvias, y en la zona central y sur, el cambio en los patrones de precipitación que están provocando preocupantes períodos de sequía.

Chile será sede de la cumbre del cambio climático, la vigésimo quinta Conferencia de las Partes, más conocida como COP25, cuyo objetivo será revisar los avances en la implementación de los acuerdos anteriores e impulsar políticas para cuidar y proteger a nuestro planeta. En este contexto de búsqueda de soluciones y de elaboración de fórmulas sustentables, las universidades tienen un papel clave, por ser creadoras de conocimiento. La investigación que en ellas se realiza debe permitirnos avanzar hacia un desarrollo humano sostenible. Como instituciones formadoras debemos dar el ejemplo e implementar soluciones innovadoras en nuestros propios campus, desde el ámbito de nuestra competencia –la docencia, la investigación y la creación–, disminuyendo nuestro propio impacto en el planeta e instaurando en nuestra comunidad una cultura de “ecología integral”. Una ecología que, como señalara el Papa Francisco, incluya no solo la sustentabilidad en términos de nuestro entorno, sino que también considere la economía, las condiciones de vida y de supervivencia de una sociedad, cuyo centro sea la persona. El Papa ha dicho: “No hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis socioambiental” (LS, 139).

En este marco, la UC está fuertemente comprometida con la acción climática. Desde distintos ámbitos de acción hemos asumido la responsabilidad del liderazgo y estamos trabajando para que la cultura de la ecología integral sea un pilar transversal en nuestro quehacer. En esta tarea participan nuestros centros científicos de excelencia, la red de centros y estaciones regionales de la UC –desde Alto Patache a Puerto Williams–, la Cátedra de Sustentabilidad, la Dirección de Artes y Cultura, la Dirección de Transferencia y Desarrollo, y la Oficina de Sustentabilidad, entre muchas otras entidades.

Además, acogiendo la invitación del Papa Francisco respecto del cuidado de nuestra casa común, y buscando la coherencia entre lo que pensamos, enseñamos y hacemos, hace algunas semanas anunciamos nuestra propuesta de avanzar hacia la carbono-neutralidad, poniéndonos como meta el año 2038. Es un desafío exigente, pero creemos que es preciso dar el primer paso. Así apoyamos también la iniciativa país de ser “carbono-neutral” el año 2050. Al interior de la universidad ya hemos tomado una serie de medidas orientadas a reducir el impacto de nuestra operación diaria –recambio en luminarias, sistemas de reciclaje e incentivo del uso de modos sustentables de transporte, entre otras acciones– y estamos trabajando en una estrategia de sustentabilidad que nos permita cumplir, por cierto, con este ambicioso reto. Este número de Revista Universitaria, especialmente dedicado al cambio climático, es uno más de los aportes que como Universidad Católica hacemos a la reflexión y al conocimiento en torno a esta temática, que afecta a nuestro planeta, y cuya solución concierne a toda la sociedad.