La fiesta del Eclipse total de Sol 2019
Martes 2 de julio. 16:38 horas. Todo será oscuridad en una buena parte de la cuarta y tercera regiones de Chile. La atención del mundo estará en los cielos de esa zona, que será el lugar donde se podrá observar el momento en que desaparece el Sol. Este hecho histórico durará solo dos minutos y treinta segundos, en promedio. La enorme atracción que genera el evento se debe a la espectacularidad del proceso, a su escasez (ocurren en promedio cada 400 años en una misma área) y al breve intervalo de tiempo en que suceden.
En marzo de este año, una aerolínea ofrecía pasajes de ida y vuelta a La Serena, entre el 30 de junio y el 3 de julio, a algo más de $300.000. Un elevadísimo valor considerando que a esa fecha estábamos a más de tres meses del eclipse total de Sol del 2 de julio de 2019. Este simple hecho es una muestra del impacto en nuestra sociedad que tiene este fenómeno astronómico, que no se observaba en el país desde hace 25 años.
En 1994, cuando ocurrió el último evento visible en territorio chileno, en la zona de Putre, el mundo, y ciertamente Chile, era otro. No había redes sociales e internet y la comunidad astronómica en Chile, en toda su extensión, era mucho más pequeña. Había solo un puñado de astrónomos, básicamente en la Universidad de Chile, y los observatorios del norte eran Tololo, La Silla y Las Campanas. No existía aún el Departamento de Astronomía y Astrofísica de la UC, aunque los pioneros, liderados por los profesores Hernán Quintana y Leopoldo Infante, estaban instalados en la Facultad de Física, haciendo despegar formalmente la astronomía en la UC.
Otro factor importante era la relevancia de la astronomía en la ciudadanía y el gobierno: los astrónomos éramos casi invisibles. A diferencia de lo que ocurre hoy, no existía ningún impacto de esta disciplina como ciencia nacional prioritaria, por las condiciones geográficas que actualmente conocemos. Ninguna astrónoma o astrónomo se había ganado el Premio Nacional de Ciencias Exactas y la divulgación de estos contenidos en los medios de comunicación era extremadamente reducida.
El resultado de estas condiciones, sumado al hecho de que el eclipse total de Sol de 1994 ocurrió en una zona bastante remota, hicieron que este tuviera un impacto relativamente pequeño.
En cambio, el fenómeno del cual seremos testigos este 2 de julio sucederá en un contexto muy diferente. La zona de totalidad del eclipse cubrirá un amplio sector de la tercera y la cuarta regiones, desde la costa hasta el interior, pasando hacia Argentina (será visible hasta la zona de La Plata, en el territorio argentino). Todo el mundo podrá estar conectado en directo, gracias a las redes sociales, internet y medios de comunicación tradicionales. Se estima que alrededor de un millón y medio de personas se desplazarán por diversos medios a las zonas involucradas, para observar el momento exacto en que la Luna cubra al Sol. La observación se podrá realizar en varias ciudades mayores: La Serena, Ovalle, Vicuña y otros pueblos más pequeños.
El evento es noticia desde hace casi un año por lo que se espera la llegada en masa de astrónomos amateurs y de público general, tanto de Chile como del extranjero. Lo anterior, sumado al hecho de que el eclipse será visible en la zona donde se emplazan los observatorios internacionales icónicos como el cerro Tololo, La Silla y las Campanas, generan un polo de atracción de visitantes VIP enorme. Este será “el” evento astronómico del año 2019 y quedará marcado, muy probablemente, como un acontecimiento histórico en el país.
LO ESCASO ES PRECIADO
La seducción que genera en el ser humano apreciar un eclipse total de Sol se debe a la espectacularidad del proceso, a su escasa ocurrencia y al breve intervalo de tiempo que duran. Para ahondar en las razones físicas de esto, es necesario tener en cuenta la distancia entre la Tierra y la Luna, y los tamaños relativos de ambos objetos. Al mismo tiempo, debe considerarse la inclinación relativa entre el plano de la órbita LunaTierra y la órbita Tierra-Sol.
Un hecho que es fundamental es que el tamaño relativo de la Luna en el cielo es prácticamente el mismo que el del Sol. Esta es, sin duda, la más feliz de las coincidencias, pues facilita la observación directa de la corona solar (ver imagen a la derecha), lo que sería muy difícil de percibir si su tamaño aparente fuese mucho mayor que el del Sol.
Los eclipses son más raros aún si nos fijamos en una zona geográfica más limitada de la Tierra. Por ejemplo, el último eclipse total de Sol que se observó en la cuarta región fue hace 427 años, es decir, en 1592, y el próximo se producirá en 212 años más, en 2231.
Toda esta danza de coincidencias escasas es coronada por el hecho adicional de que este ocurre durante un intervalo de tiempo muy corto, en el cual justo la Luna tapa la luz del Sol. Al moverse la Tierra y la Luna a grandes velocidades relativas, cada una en su respectiva órbita, la totalidad del eclipse mismo nunca durará más de tres minutos. Si uno calculara cuántas personas han nacido y muerto en Chile en los últimos 427 años, que han pasado alguna vez por la cuarta región, y el número potencial de observadores del evento del 2 de julio, llegamos a la conclusión de que solo una persona, entre cientos de millones, ha tenido el privilegio de presenciar algo parecido.
El evento astronómico del año:
- Prácticamente todos los hoteles de la cuarta y la tercera regiones están con reservas casi completas para esa fecha.
- Los pasajes en avión Santiago-La Serena ascienden a más de $300.000 y prácticamente no hay disponibilidad.
- Existen variados paquetes turísticos que ofrecen “mostrar” el eclipse.
- Los observatorios del norte: Las Campanas, Tololo y La Silla, recibirán una gran cantidad de público. Desde presidentes de la república hasta distinguidos premios Nobel.
- Los astrónomos chilenos, la academia y muchas universidades realizarán la divulgación del fenómeno a grandes escalas (esta revista dedicada a la astronomía es una muestra de ello).
- Algunas líneas aéreas nacionales tendrán vuelos dedicados especialmente a sobrevolar la zona afectada, permitiendo observar el fenómeno desde 35.000 pies de altura. Es el caso de Sky, que facilitará dos aviones que trasladarán a escolares de la Región Metropolitana, de escuelas vulnerables y que nunca han volado, para apreciar desde el aire este evento.
El recorrido de la sombra lunar
La zona de totalidad, que es el área donde el Sol será cubierto por completo, recorrerá 11.252 kilómetros de oeste a este. Comenzará por la mañana en el océano Pacífico sur, al este de Nueva Zelanda moviéndose en dirección noreste. Luego, tomará dirección sudeste y al atardecer tocará tierra en América del Sur finalizando en el Río de la Plata. Podrá verse de manera parcial en una amplia zona del sur de América: en todo el territorio de Ecuador, Perú, Chile (incluyendo las islas del Pacífico), Bolivia, Paraguay, Colombia, Argentina (incluyendo las islas del Atlántico Sur) y Uruguay; y el centro y sur de Brasil. También, en algunas islas de la Polinesia.
Algunas actividades organizadas especialmente por el eclipse:
- El Premio Nobel de Física 2017, Kip Thorne, visitará la Universidad Católica el próximo 30 de junio, para dictar una charla magistral en el Centro de Extensión. El científico fue invitado por el Instituto de Astrofísica.
- La Unión Astronómica Internacional (IAU) realizará el simposio “Solar and Stellar Fields: Origins and Manifestations”, con motivo del Eclipse Solar Total 2019, en la ciudad de Copiapó.
- Concurso para astrónomos aficionados que invita a replicar la observación de Eddington, quien estudió hace un siglo la posición de las estrellas cercanas al Sol en el cielo, para realizar la primera comprobación experimental de la Teoría General de la Relatividad. Esta actividad es organizada por el Instituto de Astrofísica de la UC, en conjunto con el Observatorio Las Campanas.
Este eclipse, sin duda, marcará un antes y un después en los hitos científicos masivos en Chile. Lo más sorprendente es que se repetirá el 14 de diciembre de 2020, esta vez en la zona sur, cerca de Villarrica y, además, a las 13:30 horas, con el Sol casi en su máxima elevación sobre el horizonte. Sin embargo, es el del 2 de julio de 2019 el que ha atrapado al imaginario colectivo de los chilenos, involucrando a todos y cada uno de sus habitantes: desde el Presidente de la República al nuevo ministro de Ciencias (Andrés Couve), los astrónomos, las aerolíneas, los medios de comunicación, las universidades y, sobre todo, a los ciudadanos de a pie. Para ellos es este regalo que entrega la naturaleza, a costo cero, y que será visible total o parcialmente en casi todo nuestro territorio.
Por su parte, la Universidad Católica ha preparado diversas actividades, como la visita del Premio Nobel de Física Kip Thorne, para participar en este hecho histórico que se ha transformado en una fiesta nacional.
Relevar la astronomía
Con el palacio de gobierno iluminado especialmente para la ocasión, La Moneda se vistió de astronomía para dar una señal potente al país. El Gobierno quiso dar inicio, de esta forma, a la temporada de eclipses que se verán desde el territorio nacional entre este y el próximo año. En la ceremonia participaron el Presidente Sebastián Piñera; el ministro de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, Andrés Couve; el Premio Nacional de Ciencias Exactas José Maza, entre otros destacados científicos.
“Agradezco al presidente por abrir este espacio y dar una señal tan decidida de tener a la ciencia en un lugar central como es La Moneda. Chile puede liderar desafíos planetarios como la exploración del Universo; la investigación del cambio climático; la investigación del envejecimiento y contribuir a no ser solamente usuarios, sino también constructores de la cuarta revolución tecnológica. Abordar estos desafíos conlleva una responsabilidad urgente con las futuras generaciones. Somos un país de ciencia y tenemos la oportunidad de aprovechar nuestras ventajas comparativas para alcanzar un desarrollo integral y sostenido. Para eso, tenemos que inspirar a las nuevas generaciones a hacerse preguntas y encontrar respuestas. La temporada de eclipses será una fiesta científica para todo Chile”, afirmó el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Andrés Couve al dar inicio al encuentro.
Por su parte, el presidente Piñera anunció una serie de medidas para instruir a la ciudadanía en el fenómeno. Es así como se habilitó una página web (eclipseschile.gob.cl), que fue creada con el propósito de “enseñar de forma simple, entretenida y dinámica lo que significa este evento”.
Además, el ministerio de Educación y Conicyt lanzaron un concurso a nivel nacional para la observación de eclipses entre los niños. Finalmente se realizará la entrega de un kit de astronomía a diferentes colegios. También el Ministerio de Salud dará recomendaciones especiales para observar el fenómeno astronómico, de una manera segura para los ojos.
Al finalizar el evento, el ministro Couve reconoció la deuda con la astronomía que tiene el país. “Necesitamos invertir en ciencia, tecnología e innovación y eso, sin duda, es parte de nuestro trabajo, pero tenemos que comunicar y compartir este entusiasmo con la ciudadanía para que, entre todos, logremos construir un país en el que el conocimiento esté al centro de lo que hacemos”.