• Revista Nº 168
  • Por Daisy Margarit
  • Infografía Paulina Bustamante

Especial

La nueva geografía de la migración

Los inmigrantes conectan múltiples territorios con su traslado, permitiendo la movilidad no solo de ellos, también de modos de vida, objetos, estéticas, ideas, músicas, gastronomías, entre otros. En este fenómeno multidimensional concurren muchos factores a tener en cuenta para su estudio y comprensión, por lo que no puede ser reducido a lo meramente económico.

La migración internacional es uno de los fenómenos sociales, económicos y geopolíticos que ha alcanzado gran relevancia y atención durante las primeras dos décadas del actual siglo.  Los presentes flujos migratorios en América Latina y el Caribe ocupan un lugar destacado tanto en los medios de comunicación como también en las agendas políticas y sociales de los países receptores. De acuerdo al informe OIM (2021), en el mundo hay 272 millones de migrantes. América Latina y el Caribe concentra el 5,3% de ellos, los cuales se han duplicado en los últimos 15 años, pasando de alrededor de 7 a 15 millones; esta región se sitúa con la tasa más alta de aumento de esa población. En particular, en Sudamérica, el 80% son migrantes intrarregionales, teniendo un protagonismo cuantitativo la salida de venezolanos, estimándose que a mediados del año 2021 más de 4,6 millones de personas de ese país han emigrado.

El número de personas migrantes no han dejado de aumentar, lo que sumado a la pandemia del covid-19 ha agravado la actual situación de desigualdad socioeconómica en América Latina. A esto se deben agregar los procesos de inestabilidad política y crisis ambiental, generando una diversificación del proceso migratorio al interior de la región en los últimos dos años. En efecto, en el contexto de crisis sociosanitaria con cierres de frontera, han emergido nuevos patrones migratorios, incluyendo movimientos irregulares.

¿Por qué migran las personas? No existe una teoría única que permita explicar el fenómeno, ya que las causas tienen distinta naturaleza y se modifican constantemente, creando una dinámica propia en el tiempo. No obstante, como señala la investigadora Carlota Solé, algunos teóricos intentaron dilucidar este fenómeno atribuyendo las causas a los factores de atracción de ciertos lugares, como la disponibilidad de puestos de trabajo (Ravenstein, E.; 1889). Por su parte, las teorías push-pull, desde una perspectiva neoclásica, consideraron el binomio emigración-inmigración como un mecanismo clave para contrarrestar las desigualdades, por cuanto permitiría la redistribución del factor trabajo desde zonas de baja productividad a otras de alta, siendo la emigración una decisión racional ante el cálculo de costos y beneficios, tanto para el individuo como para la sociedad de destino (Harris y Todaro, 1970). Sin embargo, se ha constatado empíricamente que estas teorías basadas en los factores de las sociedades de origen y en las de destino no explican la continuidad de la migración, cuando desaparecen total o parcialmente estos factores.

Estas constataciones llevaron a algunos autores a decir que las diferencias demográficas económicas, sociales y políticas no son la única y suficiente razón para la continuidad de los movimientos migratorios, ya que una vez iniciado el proceso, se forma un entramado de relaciones de interdependencia (redes migratorias) que explicarían la persistencia de la migración, perdurando independiente de la situación económica en la sociedad de destino (Portes, A. y Börock, J.; 1989; Castles, S. y Miller, M.J.; 1993; Massey, D., 1991).

Tras la evidencia de que el fenómeno migratorio es de una naturaleza altamente dinámica, y que por ello no es posible que una única teoría sea capaz de dar respuesta a toda su multidimensionalidad, debemos tener en cuenta algunos elementos necesarios para  comprender la actual migración y los desafíos que este fenómeno conlleva para las sociedades. La migración actual ha conformado una nueva geografía de las rutas migratorias que da cuenta de los movimientos de sus trayectorias, más allá de la bifocalidad origen-destino, trazando corredores migratorios, territorios de tránsito y lugares de espera. Así, para entender y dar respuestas oportunas al tema, se debe tener en cuenta la corresponsabilidad entre los países involucrados en este fenómeno, no solo acotándolo al origen y al destino.

Para finalizar, es importante tener en cuenta que los migrantes conectan múltiples territorios con su traslado, permitiendo la movilidad no solo de ellos, también de modos de vida, objetos, estéticas, ideas, músicas, gastronomías, entre otros. Por ello, no se puede reducir la migración a un hecho económico simplemente, sino que en ella concurren muchos factores a tener en cuenta para su estudio y comprensión.

PARA LEER MÁS

  • McAuliffe, M. and Triandafyllidou, A. (eds.), 2021. World Migration Report 2022. International Organization for Migration (IOM). Geneva.
  • Solé, C. (2002). Inmigración. En “Glosario para una sociedad intercultural”. Bancaja. Valencia, p. 197-202.
  • Roessller, P. y Figueroa, C. (2021). “Disminución de irregularidad migratoria: un discurso oficial sin cifras”, CIPER/CHILE