• Por Alnair Storey Pacheco
  • Periodista, Dirección de Medios y Publicaciones UC
  • Septiembre 2025/Fotografía AFP

Especial

María Ignacia Montt: correr con el cuerpo, la mente y la insulina

Vivir con diabetes tipo 1 y ser atleta de alto rendimiento puede parecer, desde fuera, una contradicción. Pero para María Ignacia “Inna” Montt, velocista nacional y licenciada en Ciencias Económicas y Administrativas de la UC, nunca ha sido una limitación: ha sido su sello. Desde los 11 años convive con esta condición autoinmune. Próxima a competir en el Mundial de Atletismo de Tokio 2025, desde Italia, cuenta sus claves para competir y el precio del camino que eligió.

Me diagnosticaron la diabetes cuando tenía 11 años. Mi hermana fue la primera en darse cuenta de que tenía los mismos síntomas que ella. Y así comenzó. Le dije a mi mamá: “No va a ser pa’ tanto”, y después de un par de días que me quedé hospitalizada, me di cuenta de que esa ingenuidad con la que yo había recibido el diagnóstico desaparecía y que, en verdad, era mucho más difícil de lo que había creído. Ahí tuve que aprender cómo funciona la insulina y me di cuenta de que iba a tener que medir y proporcionar la comida por el resto de mi vida(*).

Muchas veces te dicen que eres una persona diabética pero yo prefiero decir que soy una persona que vive con diabetes, porque esto no me define, sino que a mí, en lo personal, me desafía*.

Sí, se puede

Estoy conectada constantemente a una bomba de insulina (un aparato del tamaño de un celular que se adhiere a mi brazo y me entrega la insulina que necesito). Este dispositivo me permite entrenar y competir sin problema. Pero hay diferencias entre cómo preparo un entrenamiento y cómo preparo una competencia: en los entrenamientos el azúcar tiende a bajar, en las competencias tiende a subir. Así que las estrategias cambian. Para eso tengo un equipo médico y nutricional que está siempre atento. La clave es la alimentación y planificación.

Hay algunas carreras que son tácticas, otras en las que busco hacer mejor marca o clasificar a una final, y ahí corro “con todo”. Según el objetivo, trabajo la estrategia para ir variando el enfoque según lo que se necesite.

No me he sentido limitada por la diabetes. Pienso que es mi sello. Voy perfeccionando la técnica y el cuidado, y aprendiendo cada día a conocer mejor mi cuerpo, lo que requiere mucho trabajo y paciencia.

Hubo un tiempo en que muchos médicos creían que hacer deporte siendo diabético era mala idea. Pero hemos demostrado lo contrario: el deporte no solo es posible, sino que es necesario, un complemento real a la terapia.

El “detrás de escena” de una velocista

(Antes de correr) hay una sensación de muchos nervios que son muy especiales y únicos. Es una emoción indescriptible y no hay nada que lo reemplace. Eso fue lo que hizo que me encantara y que me enganchara con el deporte*.

En el momento de competir, mi cabeza se queda en blanco. Trato de no pensar y de enfocarme en la carrera, nada más. La disciplina no me la cuestiono, creo que es necesaria en el atletismo y en cualquier actividad que exige alto rendimiento. No es algo especial: es algo natural.

La parte del proceso que menos se ve, pero la que te exige más mentalmente, es estar fuera de tu casa. Los entrenamientos, las competencias y los viajes significan mucho tiempo afuera y estar sin tu familia y amigos.

Lo que sacrificó (y lo que jamás sacrificaría)

Yo decidí apostar por el deporte, estoy dedicada al 100%, pero estudié Ingeniería Comercial. Uno sabe que va sacrificando cosas por un beneficio mayor y es el precio de las medallas.

Si hay algo que nunca dejaría, ni por una medalla, es mi forma de ser, mis valores están claros y por más que quiera lograr algo, voy a pelear por ello, pero sin cambiar mi esencia.

La presión la veo como un regalo, porque no todos tienen la posibilidad de sentirla al representar algo más grande que uno mismo: a Chile, a las personas con diabetes, a las mujeres. Esta tiene que ser una motivación y no algo que te preocupe, para no perder el foco.


Yo prefiero decir que soy una persona que vive con diabetes, porque esto no me define, sino que a mí en lo personal me desafía.

Hacer historia

Mi motivación cambió en un 100%. Al principio, el atletismo era solo un hobby después del colegio. Hoy es mi trabajo, pero lo de fondo sigue: seguir progresando y buscar mi mejor versión. Ahora, además, quiero demostrar que sí se puede y ver qué tan lejos podemos llegar. Ojalá marcar un antes y un después en la historia del atletismo nacional y por qué no, en la del mundo.

 

(*) Documental 11 segundos, de la empresa farmacéutica Novo Nordisk,con la dirección de Diego Sánchez y la producción de Javier Santelices.

Ilustración Paulina Bustamante

Ilustración Paulina Bustamante