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  • Revista Nº 168
  • Por Ignacio Sánchez Díaz

Especial

Migración: reconocer y valorar la interculturalidad

Vivimos en una época que genera desplazamientos. En los últimos veinte años, Chile se ha convertido en un lugar atractivo para migrantes y refugiados, debido a su estabilidad social, económica y política. Los movimientos migratorios son dolorosos: la vida tanto de quienes buscan un mejor futuro como de quienes los acogen se ve afectada. Por una parte, hay un desarraigo, un sentimiento de soledad y de angustia del migrante que se enfrenta a un mundo desconocido, y por otra, el temor de la población local que a veces percibe con angustia y prejuicio la llegada de una cultura y una forma de vida diferente. Si bien la migración puede ser dolorosa para sus protagonistas, incluso con la esperanza de lograr una vida mejor, en el mediano y largo plazo los desplazamientos migratorios producen un crisol de culturas donde se funden costumbres y creencias diversas que dan lugar a una rica y valiosa interculturalidad.

Tras el desplazamiento de millones de personas en el mundo, hay varios factores: económicos, sociopolíticos y medioambientales. Este encuentro de diferentes etnias, la convivencia de distintas religiones y costumbres redibujan una nueva identidad. A finales del año 2020, la población extranjera residente en Chile era cercana al millón y medio, la mayoría de ellos proveniente de Venezuela, Perú, Haití, Colombia y Bolivia. Al comparar las cifras con el censo del año 2017, ha habido un aumento de casi un 200%, y respecto de las cifras del año 2002, de más de un 700%.

En este número especial de Revista Universitaria hemos querido abordar el actual fenómeno migratorio que modifica el panorama no solo nacional sino también mundial, en sus diferentes aristas. Es así como los académicos de la Facultad de Economía y Administración Jeanne Lafortune y José Tessada se refieren a este fenómeno mundial desde el punto de vista de la colaboración planetaria frente a un nuevo paradigma. La historiadora Ana María Stuven, por otra parte, observa el impacto de las migraciones en la idea de nación, dado que este movimiento migratorio produce la convivencia de religiones, etnias y costumbres diferentes, generando así nuevas identidades. Roberto Méndez, docente e investigador de la Escuela de Gobierno, analiza el fenómeno en Chile como país receptor, y las políticas públicas de migración de los últimos años con sus aciertos y errores. Respecto de los cambios culturales, más allá de la gastronomía, música o bailes, nos hablan los académicos Pedro Iacobelli, del Instituto de Historia e integrante del Comité de Interculturalidad UC, y Enrique Muñoz, de la Facultad de Filosofía. La realidad laboral y educacional es analizada en un interesante reportaje de la periodista Paula Brown, y en este proceso de búsqueda de nuevos horizontes, la dimensión sicológica del desarraigo es abordada por el profesor de la Escuela de Psicología Roberto González. Estos y otros interesantes temas referidos a los procesos migratorios son tratados en esta nueva edición de RU.

La situación migratoria –no solo de Chile, sino de la mayoría de los países desarrollados– presenta desafíos para los gobiernos en cuanto a establecer mecanismos que garanticen a los extranjeros una adecuada calidad de vida, con el debido acceso a todos sus derechos.

Además, este fenómeno es una realidad que genera nuevos desafíos en el sistema de educación superior, como la creación de estrategias y políticas de inclusión intercultural y equidad social. Es en este contexto que en la universidad hemos creado el Consejo de Interculturalidad UC, una instancia estratégica que nos permitirá abordar de manera global la incorporación a la comunidad universitaria de quienes se autoidentifican como parte de una comunidad asociada a algún pueblo originario, o que pertenecen a grupos de las recientes olas migratorias. Con ello aspiramos a impulsar un cambio cultural profundo en nuestro entorno universitario y, por esta vía, contribuir a reconocer y valorar la interculturalidad como un aspecto distintivo de nuestra sociedad.

A lo largo de su historia, Chile ha vivido varios procesos migratorios; muy probablemente este no sea el último de ellos. Así, hemos visto que el desplazamiento de migrantes no solo ha presentado desafíos sino también grandes oportunidades. En suma, la forma de acogerlos nos retrata como país, y en este proceso, las universidades debemos ser un aporte y mostrar el camino.