• Por Nicolás Lazo Jerez

Argumento

Adelanto RU #178 | El escritor orejón: José Donoso y el New Journalism

Chile tuvo en el autor de El lugar sin límites a un precursor del Nuevo Periodismo, una corriente iniciada en Estados Unidos durante los años 60 y reconocida por incorporar técnicas literarias a los textos de no ficción. Mientras Tom Wolfe, Truman Capote y compañía deslumbraban al mundo con la riqueza de su estilo periodístico, un joven Donoso hacía lo propio con piezas que, paralelamente, pueden leerse como el reverso de algunas de sus narraciones más destacadas.

 

El catálogo de las letras latinoamericanas, colmado de escritores excepcionales, cuenta con un grupo selecto de hombres y mujeres que han cultivado de modo simultáneo la ficción y la no ficción. Sin embargo, los perfiles de quienes habitan esa frontera porosa entre la literatura y el periodismo son tan diversos como la geografía del continente. La de José Donoso fue, por lo tanto, una encarnación más, entre otras posibles, de la mente creativa en la que conviven el vuelo de la imaginación con el rigor de los hechos.

En México, Elena Poniatowska y Juan Villoro representan dos ejemplos insoslayables de lo anterior, entre muchos nombres que podrían citarse. Por un lado, la firma detrás de Hasta no verte, Jesús mío y La noche de Tlatelolco ha desplegado con éxito la denominada “polifonía testimonial”, un recurso que se emparenta con el trabajo de la Premio Nobel bielorrusa Svetlana Aleksiévich. Por otro, el autor de Dios es redondo y La tierra de la gran promesa exhibe un mérito muy bienvenido en medio de la solemnidad que, en general, caracteriza la escritura de la región: identifica en la liturgia del fútbol, así como en una serie de manifestaciones populares, un correlato de la cultura complejo y digno de diseccionarse, tal como hizo Carlos Monsiváis, uno de sus maestros.

Colombia, por su parte, vio nacer al que es, quizás, el primus inter pares en esta genealogía: Gabriel García Márquez. Escritor total, García Márquez no solo recreó en sus novelas un mundo cerrado y autosuficiente con una génesis y un apocalipsis propios, sino, además, recorrió y reporteó prácticamente todas las materias humanas de interés para el público, desde el convulsionado devenir político de su patria hasta la trastienda del Festival de Cannes, del que fue jurado en 1982.

Gabriela Wiener, Martín Caparrós, Leila Guerriero y Juan Pablo Meneses son apenas un puñado de casos notables que podrían añadirse a la lista.

En tanto, Chile tuvo en José Donoso a un precursor —poco reconocido como tal— del New Journalism, una corriente iniciada en Estados Unidos durante los años 60 y reconocida por incorporar técnicas literarias a los textos de no ficción. Mientras Tom Wolfe, Truman Capote y compañía deslumbraban al mundo con la riqueza de su estilo periodístico, un joven Donoso hacía lo propio en la revista Ercilla, pese al recelo de Lenka Franulic, quien entonces dirigía la publicación. Ni tan “etnográfico” como Poniatowska ni tan outdoor como García Márquez, Donoso compuso piezas de una originalidad notable que, paralelamente, pueden leerse como el reverso perfecto de su obra ficcional.