• Revista Nº 179
  • Por Olaya Sanfuentes
  • Fotografía por Felipe Ugalde. Museo Chileno de Arte Precolombino

Argumento

Diálogos interculturales en un textil

El Museo Chileno de Arte Precolombino alberga la exposición: “Contactos. Textiles Coloniales de los Andes”. La muestra reúne por primera vez en América Latina una colección de este tipo, con objetos provenientes de diversos museos y colecciones privadas de Perú y Chile. Las piezas tienen la relevancia de haber sido fabricadas en un escenario de interculturalidad y mestizaje. De igual forma, quienes preparamos esta exhibición lo hicimos en un marco de aprendizaje y colaboración.

La vocación intercultural animó desde el comienzo al proyecto que dio vida a la exhibición  “Contactos. Textiles coloniales de los Andes”. Esto a pesar de la conciencia de que conseguir los verdaderos cambios que se requieren para lograr la justicia y equidad negada a los pueblos indígenas, rebasa los límites de las intenciones y acciones de un grupo de personas y de la institución museal.

En la actualidad, el museo es un actor fundamental en la conversación ciudadana, porque muchos de ellos han sabido adaptarse a los nuevos paradigmas del ramo y porque en Chile son instituciones depositarias de la confianza que otras entidades han perdido. Se les pide, entre otras cosas, colaborar en procesos de descolonización y diálogo intercultural, dos aproximaciones epistemológicas y procedimentales que están en el corazón de las actividades museales contemporáneas. A través del reconocimiento de las culturas que están detrás de los objetos que los museos resguardan, estos tienen una miríada de alternativas para relevar los aportes de las diversas culturas, así como trabajar directamente con aquellas comunidades que se relacionan con este patrimonio en forma directa o indirecta. Dar voz a los que han estado por siglos silenciados es una de las formas que los museos tienen para revisitar sus historias coloniales y dar poder a aquellos grupos de referencia de los objetos que albergan.

La sabiduría de Nilda Callañaupa

Al mismo tiempo de invitarnos a curar una exposición de textiles coloniales andinos, el museo nos pidió que esta fuera cocurada con algún tejedor o tejedora del mundo andino. Si curar una exposición es una forma de controlar las narrativas, cocurarla es ser parte de las decisiones sobre lo que se dice y no se dice.
No tuvimos duda en invitar a la tejedora quechua Nilda Callañaupa. Ella es tejedora y fundadora del Centro de Textiles Tradicionales del Cusco. Con su experticia y su visión, lleva años a cargo de una institución que rescata las formas tradicionales de producción textil a través de la enseñanza de las técnicas de hilado, tintura, tejido, pero también del estudio de las visualidades e iconografías precolombinas. Nilda conoce, además, los usos que los diversos textiles tenían en épocas pasadas. Su labor es reconocida tanto en el área de Cusco y Chincheros, donde vive y trabaja, así como en todo Perú y en el extranjero. A través de su labor, ha logrado capacitar a muchas mujeres que colaboran con la economía de sus hogares, sacarlas del anonimato y del ambiente machista en que algunas viven, pero también hacerlas sentir parte de un proyecto común y portadoras de una tradición que las define identitariamente.

Nilda es una mujer entusiasta y energética, lo que le ha permitido desarrollar y darle continuidad al centro que dirige. Estas características explican, asimismo, por qué aceptó inmediatamente la invitación a cocurar la exposición del Museo Chileno de Arte Precolombino.

Este proceso comenzó con la puesta en común de los diversos saberes que aportaron los integrantes del equipo curatorial y con los objetos protagonistas –los textiles coloniales– en el centro de la discusión. Los arqueólogos repararon en las características materiales y en los nexos con textiles del mundo precolombino; los historiadores del arte analizaron las iconografías y las formas de composición de los textiles, los historiadores pesquisaron sus usos en el espacio colonial y su importancia en la constitución de subjetividades múltiples en un mundo híbrido y complejo.

Nilda, por su parte, investigó las diversas técnicas, nos alertó sobre la importancia de los colores y nos iluminó con sus hallazgos de coincidencias simbólicas. Al conocer las técnicas que se habían desarrollado en el área andina cusqueña, nos ayudó también a identificar algunas piezas etnográficas. Pero, quizás, lo más relevante del aporte de Nilda es haber comprobado con su labor y su testimonio que, eso que se decía en los libros respecto de la importancia del textil en la tradición andina, seguía siendo una premisa vigente hasta hoy. El textil ha sido y es una puerta para adentrarse en el mundo andino, medio a través del cual sobrevive la cultura de los Andes.


Lo más relevante del aporte de Nilda es haber comprobado con su labor y su testimonio que, eso que se decía en los libros respecto a la importancia del textil en la tradición andina, seguía siendo una premisa vigente hasta hoy. El textil ha sido y es una puerta para adentrarse en el mundo andino, medio a través del cual sobrevive la cultura de los Andes.

Durante muchos meses el equipo se reunió periódicamente vía online para iluminar la interpretación de estos textiles, a la luz de la observación atenta y minuciosa de los objetos, de la bibliografía y de la experticia técnica de Nilda. Este proceso sistemático tuvo un momento cúlmine cuando Nilda vino a Chile y se pudieron visitar colecciones y analizar tapices de características similares a las que veíamos en fotografías y que iban a ser parte de la muestra.

La presencia de Nilda en Chile fue una instancia de aprendizaje mutuo y enriqueció la lectura de los objetos. Esta visita fue seguida de otra a Cusco por parte de la curadora, para conocer in situ la labor del centro y sus interpretaciones contemporáneas de los textiles tradicionales.

Contactos: El concepto de la exposición

Uno de los conceptos que más sonaba y aparecía cuando hablábamos de estos textiles andinos era el de mestizaje. Todos sabíamos que los objetos que articulaban nuestra investigación poblaban un tiempo y un espacio donde una cultura había conquistado a otra con todas las consecuencias que esto trajo para el continente americano hasta hoy. España había conquistado a lo que se llamaría luego América y esto marcaría para siempre a las culturas originarias y a las sociedades que se conformarían a partir de entonces. Esta inminencia de lo mestizo, de lo híbrido, era un punto insoslayable. Lo habíamos leído en los textos y documentos, lo veíamos en los objetos, lo percibíamos en nuestras interrelaciones, lo sabíamos cierto. Fue ahí, entonces, que surgió la certeza de que para decir algo de esos objetos coloniales debíamos hablar de lo que se producía cuando hebras de diversa naturaleza se tejen para conformar un cuerpo social. Debíamos hablar de lo que sucedió en América a partir de estos objetos que eran ricos en información.

El concepto curatorial de Contactos cumple con tres objetivos: explicar los objetos, dar cuenta de los procesos e instalarse como un término para propiciar diálogos e interrelaciones. Los textiles andinos encarnan, movilizan, muestran y propician el contacto. Cuando miramos estos objetos y estudiamos su historia, los contactos surgen como la forma de comprenderlos y compartir su riqueza con el público de la exposición. El concepto también permite salir de las nociones binarias que han caracterizado la forma de mirar nuestra historia latinoamericana, donde los protagonistas son españoles e indígenas, entendidos como vencedores y vencidos, respectivamente. Contactos complejiza ese sistema e incluye más tradiciones materializadas en los objetos.

El concepto también permite salir de las nociones binarias que han caracterizado la forma de mirar nuestra historia latinoamericana, donde los protagonistas son españoles e indígenas, entendidos como vencedores y vencidos, respectivamente. Contactos complejiza ese sistema e incluye más tradiciones materializadas en los objetos.

El español trae la influencia musulmana en su cultura. La apreciamos hasta hoy en algunas palabras y comidas y, en la época de la conquista, los textiles que conocen los españoles y traen a América están influenciados por la idea oriental de jardín, que dejará una impronta en los textiles coloniales andinos. La cultura inca, por su parte, era también heredera de una larga tradición de diversas culturas que fueron dejando sendos aportes en las manifestaciones culturales de los incas, quienes se enfrentaron a los españoles en el siglo XVI.

Con el establecimiento del sistema colonial y la sociedad que se conformó, nuevos contactos complejizarían la cultura y se reflejarían en sus objetos. La influencia de la estética renacentista, los intercambios con China a través del galeón de Manila y la llegada de tapices flamencos, entre otras influencias que se fueron recibiendo y traduciendo en el continente americano, explican la estética única de los textiles andinos.

El término Contactos permite mostrar las complejidades de los intercambios y relaciones entre diversos actores. Hubo algunos que fueron creativos, pero también hubo otros muy violentos. La misma conquista de este continente es fruto de la violencia. Muchas personas y objetos desaparecen porque son destruidos por la creencia occidental de la superioridad de su cultura. Más tarde, ya asentados en el territorio, la producción de los textiles esconde, muchas veces, historias de explotación indígena. No obstante, también surgen objetos híbridos, fruto de la respuesta indígena a los eventos que les tocaba vivir. En este proceso, muchos indígenas buscaron las formas de ser agentes de su propio destino y utilizaron objetos e iconografías europeas para sus propios fines. Los textiles coloniales de los Andes, entonces, muestran los procesos de asimilación, resignificación, creación y resistencia indígena.

Con el término “contactos” queremos, asimismo, mostrar que en un tapiz los hilos se urden y se tejen, se contactan. Y entre más denso el tejido, más fuerte y resistente es. Eso que decimos de los textiles queremos que sea un concepto que la gente repita y ojalá actúe: que sea un llamado a relacionarse, a dialogar con vistas a generar un fuerte tejido social.