manuscrito manuscrito
  • Revista Nº 150
  • Por Carlos Oliva Vega

Reseñas

Plan para Chile: una obra monumental


La resignación cunde en Chile. Ante la expansión de las ciudades, la destrucción de sus cascos históricos y mejores barrios, y la pérdida de los balnearios por saturación. Estamos frente a un proceso dinámico que nadie ha planificado. El autor, en un esfuerzo de décadas que aquí culmina, nos ofrece una alternativa; un modelo pensado para habitar Chile.

Desde la belleza –que se inspira y dialoga con los paisajes de la geografía–, pero considerando los recursos de un país medio como el nuestro. Creyente en una estética planetaria donde resplandece una magnificencia sobrenatural, siente el llamado a actuar sin destruirla; y a crear en sintonía con ella, para ser parte del plan de Dios.

De ahí se desprende su “orden para Chile”: “Mi aspiración es que el Universo, con todas sus galaxias y la Tierra entera con la Humanidad, el espacio natural y el espacio humanizado, se consagren a Dios en un gran canto de alabanza”. Tal como ciertos autores franceses –Bardet, Poëte–, Irarrázabal reacciona ante una realidad pragmática, invasiva en el siglo XX, que pone fin a la experiencia espiritual de habitar un cosmos para dejarnos con la “calidad de vida” como único destino del habitar.

Esta gran edición de tres tomos en una caja, con los característicos dibujos del autor –en colores muchas veces–, invitan a recobrar la alta misión de cuidar este territorio, tan rico en rincones y posibilidades. El clima, la luz de los valles, la arborización adecuada, las alturas máximas, la protección de  las vistas y la tranquilidad, las relaciones con el relieve, son aquí abordados con delicadeza y amor por el lugar: “Hemos visto el espacio ideal. Es algo difícil de conseguir en esta Tierra, pero es una hermosa tarea acercarse a él, guiados por la Luz divina”.

¿Cómo puede leer esta propuesta un agnóstico o un ateo? Según Dirk Bornhorst, alemán radicado en Venezuela, donde obtuvo el Premio Nacional de Arquitectura en 1991, todos  los pueblos del mundo, de todas las tradiciones espirituales, en su diálogo con lo desconocido crearon las obras más sublimes de la humanidad. Y están entre las más visitadas por el turismo, por personas de las más diversas culturas. Todas son aportes al Patrimonio de la Humanidad, al margen de la  fe, o la falta de fe personal.

Irarrázabal habla de una cultura del amor, porque ve a Chile desunido: “Este plan es una obra mayor que une a los chilenos en una tarea de largo alcance en beneficio principalmente de los que sufren, de los pobres y enfermos. Abarca todo el territorio, siendo fundamental el aporte de cada uno”. Lo bello y lo estético del resultado son fundamentales para la Arquitectura y el Urbanismo. Por ello, es de celebrar el aporte de la Cámara Chilena de la Construcción a esta edición de semilujo, con el apoyo de la Facultad de Arquitectura de la UC –donde es profesor–, y de Ediciones UC que la produjo. La vasta trayectoria del autor, de medio siglo, lo ha llevado a crear obras en los más diversos ambientes y rincones del país. Esto se nota en su propuesta, el detalle de quien ha conocido, caminado, observado y pensado el país entre el desierto y los hielos, de cordillera a mar, tras lo original y adecuado en cada uno, pero también buscando la unidad en lo diverso.

portada libro Plan para Chile Fundamentos y plan de urbanismo y arquitectura para Chile

 

Raúl Irarrázabal, Plan para Chile: Fundamentos y plan de urbanismo y arquitectura para Chile, 3 tomos, Santiago, Ediciones UC, 2018