• Revista Nº 167
  • Por María Elena Santibáñez

Dossier

Abuso sexual infantil: una condena que avance en la reparación

En 2018 se creó el Proyecto Niñez de la Clínica Jurídica de la Facultad de Derecho de la UC. El propósito es procurar que el proceso que sigue a una denuncia por este delito sea lo menos traumático posible; que no se intervenga a los niños, niñas y adolescentes (NNA) más de lo estrictamente necesario y que los intereses y necesidades de la víctima se vean reflejados, en buena medida, en el resultado judicial.

Sobrevivir a una agresión sexual es, sin duda, una de las vivencias más difíciles imaginables. El  trauma   y   consecuencias del abuso, muy especialmente cuando este ocurre en la infancia, se arrastran toda  la  vida. Por si fuera poco, es común que el abuso sexual infantil venga acompañado de dos factores que hacen aún más difícil su procesamiento: el agresor suele ser una persona del círculo familiar o de confianza de la víctima y los abusos muchas veces se prolongan durante largo tiempo.

Lamentablemente, el sistema judicial chileno no cuenta con lo necesario para sanar esa herida. A los niños o niñas y adolescentes (NNA) víctimas se les hace relatar el tormento sufrido varias veces –cuando son capaces de hacerlo–, se les somete a pericias físicas y psicológicas altamente invasivas y, muchas veces, esa nueva victimización no alcanza para condenar al responsable. Condena que, cuando se logra, contribuye enormemente a avanzar en el camino de la reparación.

La tasa de condenas en delitos sexuales contra menores de edad es mucho menor a la del resto de las infracciones por dos razones esenciales:

  1. La primera tiene que ver con la prueba: muy rara vez el abuso sexual infantil deja huellas físicas o se cuenta con testigos presenciales, por lo que gran parte de la carga probatoria recae en la víctima, que es intervenida varias veces por el sistema.
  2. La segunda tiene que ver con el quiebre vital que supone el abuso sexual infantil o las características propias de este, que impiden a la víctima dar un relato suficiente para obtener una condena. Muchas veces, por mecanismos psíquicos de defensa, el recuerdo es irrecuperable o se recupera largo tiempo después; y muchas otras el niño o niña no denuncia para proteger a su agresor que es también su figura de cuidado, porque se encuentra amenazado por este o para no provocar la ruptura familiar.

Además de ello, las instituciones encargadas de la investigación y juzgamiento de estos delitos no están diseñadas para niños o niñas, sino para adultos. Desde los espacios físicos destinados a practicar interrogatorios o pericias hasta el tiempo y energía que fiscales o jueces dedican a dilucidar qué es lo más conveniente para esa víctima en particular, el sistema dista mucho de ser amigable.

En ese contexto, y gracias a un generoso aporte hecho a comienzos del año 2018 por la Fundación Viento Sur es que se creó el Proyecto Niñez, de la Clínica Jurídica de la Facultad de Derecho de la UC. Se trata de un equipo interdisciplinario de profesionales de las áreas legal, psicológica y social dedicado, en conjunto con alumnos de 5° año de Derecho, a representar a niños o niñas víctimas de delitos sexuales o violentos. El propósito es procurar que el proceso sea lo menos deshumanizante posible, que no se intervenga a las víctimas más de lo necesario y que los intereses y necesidades de los NNA se vean reflejados, en la mayor medida de lo posible, en el resultado judicial.

Por eso, los casos de niños y niñas se trabajan en tríada, con abogados de materia penal, abogados de familia y psicólogos. El Proyecto Niñez es la única entidad que ofrece un servicio como el descrito a niños o niñas no institucionalizados en la red Sename y ha obtenido muy buenos resultados. Desde su creación, ha defendido más de 300 casos judiciales y atendido a más de 200 niños y niñas.

Gráfico 1. La cifra negra

Gráfico 1. La cifra negra

Fuente: Reporte I Monitoreo de Derechos, Observatorio Niñez y Adolescencia 2017.

Historias marcadas por la justicia

A continuación se entregan algunos casos abordados por el Proyecto Niñez durante 2021.

Renata (6 años)

Fue abusada sexualmente por su abuelo. El día 13 de marzo de 2021 finalizó un juicio de varios días por el que el 2° Tribunal de Juicio Oral en lo Penal condenó a 3 años y 1 día de presidio al agresor. El día de su declaración, momento siempre muy estresante para la víctima, el equipo de Proyecto Niñez instó para que pudiera declarar en compañía de un perro de acompañamiento de la Fundación Bocalán Confiar, en sala especialmente acondicionada por el Tribunal, lo que permitió entregar un testimonio más detallado y fluido.

Rayén (6 años)

Fue abusada sexualmente por la pareja de una amiga de su madre, esta última a cargo de la niña durante esa noche. El condenado, profesor de hockey, aprovechó un momento en que quedó a solas con la víctima para abusar de ella. Gracias a la intervención del equipo del Proyecto Niñez, su declaración en juicio fue prestada en compañía de su propio perro, en una situación totalmente excepcional. Esto facilitó la entrega de un testimonio detallado de lo vivido al Tribunal.

El caso terminó en una condena de 5 años de presidio, dictada el 12 de abril de 2021 por el 7° Tribunal de Juicio Oral en lo Penal, lo que significó un gran logro porque, durante el proceso, el Ministerio Público intentó en más de una oportunidad terminar anticipadamente el proceso, con exitosa oposición de los abogados del Proyecto Niñez.

Magdalena (4 años)

Fue abusada por su padre. Durante la investigación logró contar al fiscal lo sucedido, pero sin tanto detalle como el que suele exigirse en un juicio oral. Por lo mismo, el Ministerio Público no se decidía a formalizar la investigación, hasta que abogados del Proyecto Niñez lograron, en una resolución sin precedentes, que el Juzgado de Garantía forzara al persecutor a formalizar. Tras meses de trabajo, se logró condenar al agresor a 4 años de presidio, en sentencia con fecha 15 de junio de 2021.

Institucionalidad adecuada

Institucionalidad adecuada

Las entidades encargadas de la investigación y juzgamiento de estos delitos no están diseñadas para niños o niñas, sino para adultos, lo que representa una falencia importante en el sistema judicial chileno.

Gráfico 2. Tasa de denuncias por violencia sexual (violaciones, abuso sexual y otros delitos sexuales) que afecta a NNA por cada 100.000 NNA, según sexo y tramo de edad. Año 2017.

Gráfico 2. Tasa de denuncias por violencia sexual (violaciones, abuso sexual y otros delitos sexuales) que afecta a NNA por cada 100.000 NNA, según sexo y tramo de edad. Año 2017.

Fuente: “Infancia cuenta en Chile 2020”, Quinto Informe Observatorio Niñez y Adolescencia.


INÉDITA CARTA DIRIGIDA A UNA VÍCTIMA MENOR DE EDAD:

“Te escuchamos, te creemos”

El 29 de noviembre pasado, los jueces del 5º Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Santiago le enviaron una carta a una niña que había sido víctima de un delito sexual, donde le explican, con un lenguaje simple y adecuado a su edad, el significado de lo que había ocurrido en el juicio en el que ella tuvo que declarar y que terminó con la condena del agresor. En un hecho inédito en Chile, la misiva fue redactada por el juez Gianni Pozzi Anilio y dirigida a la niña por su nombre y sin las clásicas formalidades de la abogacía.

El tribunal envió la carta a la niña, luego de que el Proyecto Niñez de la Clínica Jurídica UC lo solicitara formalmente al finalizar el juicio. A uno de los abogados y a una alumna que llevan las causas se les ocurrió solicitar el documento, a propósito de una iniciativa similar de un juez en México, en el Estado de Chihuahua. Este le explicó en palabras sencillas a la víctima, menor de edad, el contenido de la sentencia condenatoria por un delito sexual, agregando que nadie podía tocar su cuerpo sin su permiso ni hacerle daño, y que los tribunales debían proteger a los niños.

Para los NNA pasar por un juicio oral es una experiencia que generalmente los desestabiliza, retarda sus procesos de reparación y les genera mucho miedo. De ahí la relevancia de que el tribunal que impone la condena se dirija a un niño en un nivel adecuado a su edad. Es decirles: “te escuchamos, te creemos”. Eso es muy reparatorio, según aseguran los expertos en salud mental, empodera a los infantes y los acerca a los procesos de justicia. Ahora se está trabajando en una carta para los procedimientos abreviados, que son distintos. La idea es hacerla personalizada para cada infante. Después de este hito se ha solicitado a los abogados y alumnos integrantes del proyecto, y que participan en juicios orales y procedimientos abreviados, que se plantee la solicitud a los tribunales para que se acceda a este tipo de misivas.

 

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