• Revista Nº 167
  • Por Matías Broschek
  • Fotografía Karina Fuenzalida , Minera Teck

Talento Público

Amparo Cornejo: “La minería no será posible si no es sustentable”

Amparo Cornejo se transformó en una de las primeras mujeres en integrar el directorio de la Sociedad Nacional de Minería en sus 136 años de historia. Como periodista y vicepresidenta de Sustentabilidad y Asuntos Corporativos de la multinacional canadiense Teck Sudamérica, asegura que la industria de los metales resulta clave para enfrentar el cambio climático.

“¿Acaso no había siete?”. Amparo Cornejo (60) esboza una sonrisa al  recordar la pregunta que le hizo su  mamá   cuando  llegó a su casa para contarle, con mucho orgullo, que se había sacado un 6,8 en el colegio Grange donde estudiaba. Seleccionada en 2020 en el grupo de las 100 mujeres más inspiradoras en la minería a nivel mundial, como vicepresidenta de Sustentabilidad y Asuntos Corporativos de la multinacional canadiense Teck Sudamérica, ha sabido abrirse paso con mucho tesón y autoexigencia en un mundo históricamente reservado para los hombres.

Hasta 1996 prevaleció en Chile una ley que le prohibía a ellas el ingreso a los yacimientos subterráneos, porque la creencia indicaba que traían mala suerte. Desafiando todos esos prejuicios, en 2020 Amparo Cornejo se transformó en conjunto con Zulema Soto en las primeras mujeres en integrarse al directorio de la Sociedad Nacional de Minería, en sus 136 años de historia.

Sin embargo, no siempre ha sido fácil. Ella misma recuerda un episodio en el que sentada en una reunión con altos ejecutivos propuso una idea, que fue ignorada completamente en el momento, pero que fue elogiada al ser sugerida por un hombre. En otra ocasión, un colega periodista le dijo con mucha soltura: “Oye, chica, ¿por qué no tomas nota tú de la reunión?”. “No. Toma notitas tú solo, yo no lo voy a hacer”, le respondió rauda ella, poniendo las cosas en su lugar.

“La minería es un mundo súper machista, culturalmente es una organización de hombres que se ha manejado como un ‘club de Tobi’, pero en los últimos años veo una evolución”, dice. Actualmente, la participación femenina en la minería asciende a un 11% en el país, un porcentaje muy bajo si se compara con otras naciones dedicadas a la extracción de minerales, como Canadá y Australia, que alcanzan cerca de un 20%.

Amparo Cornejo cuenta que para revertir la situación, en Teck se han propuesto impulsar una serie de medidas que les ha permitido alcanzar un 19% de participación al interior de la compañía. “Nosotros nos enfocamos y empezamos a trabajar en una suerte de transformación cultural con perspectiva de género, pero esto no pasa solo, hay que proponérselo”, sostiene. La empresa canadiense es una de las pocas en el rubro a nivel mundial que cuenta con una presidenta en el directorio (Sheila Murray).

Las raíces de cada lugar

Las raíces de cada lugar

La minera Teck ha desarrollado un diálogo con la comunidad y los representantes de los pueblos originarios que residen en las cercanías de Quebrada Blanca 2.

EN TIERRA DE HOMBRES

En Chile se promovió un entrenamiento cultural a toda la organización, pero también se han implementado medidas específicas, como por ejemplo, procurar que en las nuevas contrataciones haya una terna en la que uno de los candidatos sea mujer. Asimismo, se ha flexibilizado la exigencia de tener experiencia en el ámbito minero para la postulación a ciertos cargos, a sabiendas de que la inmensa mayoría de quienes se desempeñan en el rubro son hombres. En paralelo, se ha impulsado la participación de las mujeres a través de la generación de una red femenina que promueva temas transversales, como la selección de ropa para la faena, salas de descanso y de cambio de vestimenta para que ellas puedan mudarse en un ambiente de privacidad. La capacitación sobre el acoso y los sistemas de denuncias anónimas han sido otras medidas incorporadas para enfrentar las agresiones de tipo sexual.

“Yo soy una convencida de que el liderazgo femenino es complementario. Cuando los grupos son de puros hombres las decisiones son distintas, a diferencia de lo que ocurre cuando se incorpora a las mujeres, quienes brindan una mirada y un análisis desde otra perspectiva”, sostiene Amparo Cornejo.

El tema la llevó en 2020 a participar, junto a otras mujeres, en una iniciativa de Agencia EFE llamada “Rostros 8M”, en el que aparece en un video destacando la importancia de generar un cambio cultural y espacios en la industria minera en los que las mujeres puedan trabajar de manera cómoda y tranquila.

 

DE ARICA A PUNTA ARENAS

“Antes de salir al extranjero, ustedes van a conocer todo Chile”. El padre de Amparo –Feliciano Cornejo– se tomó muy a pecho, casi como un compromiso personal, estas palabras que les dirigió a sus hijas. Ella cuenta que tenía entre nueve y diez años cuando comenzó el recorrido por el país. Se trata de unos recuerdos predilectos de su infancia. El subirse al auto y a la casa rodante y partir el viaje en carreteras en un estado que distaba de ser el óptimo, pero que le permitieron conocer desde Arica a Punta Arenas. “Me sirvió mucho para entender lo que pasaba y cómo vivían las personas en el país”, cuenta.

A pesar de que residía junto a su familia en Providencia, iba mucho a Curacaví, donde su padre había sido alcalde y también agricultor, por lo cual ella mantenía ese contacto cercano con el campo. “Conversar con las personas y estar cerca de ellas era algo que me gustaba mucho”, cuenta. Se trataba de un campo que todavía no se industrializaba y donde Amparo Cornejo y sus dos hermanas podían estrechar lazos con quienes trabajaban ahí y también estar cerca de los animales.

Como estudiante del colegio Grange, fue designada head girl, lo que le permitió asumir roles de representación de los alumnos ante actividades externas que se organizaban. La exigencia de su madre –quien enseñaba a sus hijas a leer antes de ingresar a kinder– se basaba en la convicción de que no había ningún techo para ellas. “Nos transmitía que debíamos tener capacidad para defender nuestros puntos de vista”, dice.

Sin embargo, cuando le comentó a sus padres que iba a estudiar periodismo se produjo una pequeña revolución en la casa: ellos no estaban nada de contentos. Con el alto puntaje que había obtenido en la prueba de aptitud académica podría haber ingresado a cualquier carrera, pero la posibilidad de comunicar, conectar con las personas y poder contar fue lo que la terminó por convencer. “Estaba en esa época el modelo del periodista y reportero y Oriana Fallaci era lo máximo”, cuenta ella y hace referencia a la también escritora y corresponsal de guerra italiana.

Retrospectivamente está convencida de que tomó la decisión acertada. “Creo que lo que entras a estudiar no es necesariamente donde vas a terminar, sino que es solo una puerta”, señala. Describe al campus Oriente de la Universidad Católica como un colegio por el ambiente que se vivía, un lugar donde obtuvo una formación muy sólida e integral. En años marcados por la compleja situación política que vivía el país –ella egresó el año 1979– sostiene que había un espacio de mucho respeto en la escuela, pese a las posturas políticas diametralmente opuestas que se expresaban.

Hizo su práctica profesional en Canal 13 y como reportera de Teletrece, entre otras labores, tuvo que cubrir la estadía del expresidente Eduardo Frei en la Clínica Santa María. Recuerda que le producía mucha angustia hacer el despacho en las noches desde el recinto de salud para informar que el exmandatario se encontraba estable, dentro de su gravedad.

Fue a través de la televisión que llegó posteriormente a trabajar a la Teletón, como periodista del centro de rehabilitación, donde empezó a especializarse en la comunicación estratégica. Luego, trabajó en una empresa de comunicaciones junto a Ximena Casarejos, quien fue durante muchos años directora ejecutiva de Teletón y actualmente es su vicepresidenta.

Una llamada de Rodrigo Jordan la interrumpió un día, a medidados de 1998. Su excompañero de colegio le solicitó una asesoría para Canal 13, pues era inminente la llegada del ingeniero y andinista a la dirección ejecutiva de la estación televisiva. Así ella asumió como directora de Comunicaciones Corporativas del canal.

La nueva administración decidió impulsar un cambio de la imagen corporativa y del nombre del canal. El clásico logotipo de la señal pasó a ser un 13 encerrado en un círculo con la UC y pasó a llamarse Canal 13. El angelito animado que había formado parte de la estación desde 1972 en su calidad de mascota fue retirado de la panalla: “Fue visto como algo revolucionario, como que el canal estaba perdiendo su norte, pero en el fondo lo que Rodrigo quería era hacer un medio mucho más familiar, más conectado con las audiencias”, comenta la periodista.

Después de su salida del canal, Amparo Cornejo intentó refundar la compañía que había dejado. No le resultó muy sencillo. “Todo el mundo dice que quiere ser empresario, pero no es tan fácil”, cuenta. Finalmente, recibió un nuevo llamado para irse a trabajar a Methanex, empresa química canadiense que tenía sus instalaciones en Punta Arenas. Sin pensarlo dos veces se fue a vivir a Magallanes, junto a su esposo y su hija menor. Con el tiempo Methanex fue reduciendo sus operaciones en Chile, por lo que en 2014 se fue a Teck, una de las principales mineras de Canadá.

Impulso regional

Impulso regional

La empresa Teck está impulsando el proyecto Quebrada Blanca, en su fase 2, en la región de Tarapacá. Con una inversión de US$ 5.200 millones se trata de una de las iniciativas más grandes en esa zona.

REDUCIR LOS IMPACTOS AMBIENTALES

Hoy, la empresa Teck está impulsando el proyecto Quebrada Blanca, en su fase 2, en la región de Tarapacá. Con una inversión de US$ 5.200 millones se trata de una de las iniciativas más grandes en la región y se proyecta que empleará a 21.000 personas. “Cuando empiece a operar permitirá acrecentar el Producto Interno Bruto de la región en 13%”, cuenta la vicepresidenta de Sustentabilidad y Asuntos Corporativos a propósito de la magnitud de QB2, como le llaman en la industria.

En agosto del 2018 se aprobó el Estudio de Impacto Ambiental del proyecto que tiene una vida útil inicial estimada en cerca de 28 años y generará una producción anual estimada de 316.000 toneladas de cobre, durante los cinco primeros años. Uno de los principales desafíos ambientales ha sido la necesidad de disponer de significativos volúmenes de agua en un escenario de escasez hídrica.

Es por esta razón que la compañía decidió incluir en el proyecto la construcción de una planta desaladora, que procesará agua marina que debe recorrer 165 kilómetros a través de un acueducto para llegar al yacimiento. Se trata de un esfuerzo bastante desafiante, pues el agua procesada debe ser impulsada desde el mar hasta los 4.400 metros de altura donde se ubica la mina, lo cual se logrará a través de sistemas de bombeo.

“Hemos devuelto nuestros derechos de agua dulce al Estado chileno, la operación va a ser solo con agua desalada”, explica Amparo Cornejo. La opción por las plantas desaladoras ha despertado mucho interés en el país. Se trata de una alternativa que diversas autoridades han catalogado por ahora. Por otro lado, hay estudios como el del Instituto para el Agua, el Medioambiente y la Salud, entidad de las Naciones Unidas basada en Canadá, en conjunto con la Universidad de Wageningen (Holanda) y el Instituto Gwangju de Ciencia y Tecnología de Corea del Sur, que advierte que la salmuera que se vierte al mar tras el proceso de desalación aumenta la temperatura del océano y disminuye los niveles de oxígeno en el agua, afectando de esta manera la vida marina.

Desde Teck explican que “la descarga de salmuera de la planta de desalinización se realizará a una profundidad de 40 metros, bajo el nivel del mar, a una distancia de 730 metros costa afuera, a través de un sistema de difusores, lo que garantiza que no afectará el ecosistema marino. Además, cumplirá totalmente con los requisitos reglamentarios”.

En momentos en que en el país se ha instalado un creciente debate sobre el proyecto Dominga y sus externalidades y los líderes mundiales se han reunido para enfrentar el cambio climático en la COP 26, Amparo Cornejo es enfática en señalar que “la minería no será posible si no es sustentable”. Teck fue reconocida recientemente como una de las “100 Corporaciones Mundiales Más Sustentables en 2021” por la revista canadiense Corporate Knights. “La sustentabilidad está en el core de nuestro negocio en Teck, es prioritario. Tenemos una estrategia que iniciamos hace muchos años y que seguimos revisando permanentemente”, explica la vicepresidenta.

Si bien admite que la minería genera impactos ambientales sobre su entorno, explica que el sector se hace cada vez más cargo de estos efectos. “No sé si hay áreas ecónomicas que estén tan reguladas u observadas y con tanta atención como es la minería. La regulación es muy estricta y su cumplimiento también”, afirma.

Ella cree que incluso frente al calentamiento global la industria podría jugar un papel muy importante. “El cambio climático solo se resuelve con una energía ambientalmente renovable, para lo cual se necesita de la minería y de los metales. Si no podemos avanzar, no tendremos generación eólica. Para la electromovilidad la minería es vital”, afirma.

Club de Tobi

Club de Tobi

“La minería es un mundo súper machista. Culturalmente es una organización de hombres que se ha manejado como un ‘club de Tobi’, pero en los últimos años veo una evolución”, dice Amparo ubicada al medio de la fotografía durante una visita a terreno.

ORGULLO MINERO

La minera ha desarrollado un diálogo con la comunidad y los representantes de los pueblos originarios que residen en las cercanías de Quebrada Blanca 2, así como también ha generado una estrategia para poder resguardar la calidad del aire y así proteger la biodiversidad y las especies nativas. Uno de los focos tiene que ver con promover la contratación local. Actualmente cerca de tres mil personas que están consideradas en el proyecto son de la zona.

“Originarias” es otra línea de trabajo que se ha desarrollado con ONU Mujeres desde 2016. El objetivo de esta iniciativa es, a partir de un diagnóstico de las necesidades de las mujeres indígenas de la zona, desarrollar un programa de capacitación. Más de 300 mujeres han formado parte del proyecto, que se ha articulado en red con distintos actores y que les ha permitido emprender y empoderarse en el ámbito económico y social, desarrollando sus capacidades de liderazgo y gestión.

“Yo creo que Chile es un país minero y nos cuesta reconocer que lo somos”, dice Amparo Cornejo. Ella está convencida de que la industria está al debe cuando se trata de contar sobre el encadenamiento virtuoso que produce, porque le ha faltado conectarse con las comunidades. También ha faltado, dice, un trabajo planificado que permita coordinar a los actores de manera articulada para aportar al desarrollo regional. La excesiva centralización del país ha sido, según explica Amparo Cornejo, un freno para el despegue de las regiones.

En dicho desarrollo, el rol de la industria puede ser clave. Solo por concepto de lo que puede dejar un proyecto como Quebrada Blanca 2 en sueldos por mano de obra, el monto asciende a cerca de 6.000 millones de dólares en 28 años. “No digo que siempre lo hayamos hecho tan bien, pero ojalá alguna vez nos sintamos orgullosos de ser un país minero”, concluye.